El único espacio de la casa que puede saltarse todos los principios de sobriedad, elegancia y atemporalidad, es el dormitorio de los jóvenes y la habitación de los niños.
Su vida gira en torno a este espacio donde descansan, estudian, juegan y comparten. Una vivienda en miniatura donde todas las actividades coinciden en el mismo espacio.
A diferencia del resto de la casa, no tienen un uso específico, por este motivo debemos buscar elementos funcionales y versátiles.
En primer lugar pensaremos en una estética que les resulte atractiva y personal, pensada por y para ellos. Afortunadamente hoy en día llegar a un acuerdo en temas de diseño resulta muy fácil porque el mundo del mobiliario juvenil ha evolucionado acorde con el nuevo concepto de dormitorio.
Cuando yo era niña, la habitación se utilizaba para dormir y guardar la ropa. El espacio era muy limitado y por supuesto nuestra opinión contaba poco.
¡Cómo ha cambiado el cuento!
La premisa es buscar muebles de calidad, versátiles, funcionales, con una estética adecuada a los gustos de mayores y pequeños. Elementos que podamos ampliar y transformar con el paso del tiempo. Los niños crecen muy rápido y sus necesidades y forma de vida evolucionan continuamente.
El tema de almacenaje es vital en este tipo de estancias. Elementos capaces de albergar todos los objetos y accesorios que necesitan cada día, ropa, zapatos, libros, juegos, ordenadores, material deportivo, etc. Por este motivo, aparte de la cama y una mesa de estudio, tenemos que completar la estancia con armarios, librerías, percheros, estantes y cajones. Es importante aprovechar el espacio al máximo.
Contar con una cama extra siempre viene bien pensando en visitas de amigos.
Colocar elementos móviles como camas nido y camas abatibles nos ayudará a ganar espacio en función de la actividad o las necesidades. En un momento convertimos el dormitorio en un improvisado estudio o salón informal.
La mejor opción sin duda pasa por elegir muebles de calidad, fácilmente adaptables a cualquier espacio. Optaremos por tonos neutros que podamos completar con algún elemento de color. Los niños necesitan un entorno alegre y desenfadado. Conseguiremos efectos divertidos con vinilos, paneles, cortinas, ropa de cama, cuadros y cualquier tipo de complemento fácilmente reemplazables. De esta forma el dormitorio irá evolucionando sin necesidad de grandes inversiones.
Los niños crecen y sus gustos y necesidades cambian a toda velocidad. Demandan ambientes personales y distintivos, en definitiva marcan su territorio y delimitan su espacio, reivindicando su derecho a elegir como quieren vivir.
La zona de trabajo merece especial atención. Tres elementos son vitales, una mesa amplia, una silla ergonómica adecuada a su complexión física y una iluminación técnica y profesional. No podemos elegir estos elementos guiados por criterios puramente estéticos. Cuidar estos temas es vital para evitar problemas vertebrales y visuales en niños y adolescentes.