Gaudí, desertor de la linea recta. Curvas, ondas, pliegues, esferas…si observamos la naturaleza, la línea recta, salvo en el horizonte, resulta casi inexistente. Gaudí toma esta referencia y se revela contra ella.
“La línea recta pertenece a los hombres, la curva es de Dios” (Antoni Gaudí).
Su obra es un juego incesante de formas y volúmenes en continuo movimiento, como un gran ballet de piedra y ladrillo, un mar lleno de olas. Elementos inanimados que cobran vida y nos sumergen en un universo fantástico lleno de criaturas mitológicas, dragones, reptiles, guerreros…
Utilizó con maestría todo tipo de materiales, azulejos, hierro, cerámica, vidrio, buscando la combinación ideal de luz y color.
La obra de Gaudí es una mezcla perfecta de arquitectura, escultura, artesanía, decoración y diseño. Escaleras y paredes modeladas con formas plagadas de imaginación, cúpulas parabólicas, perspectivas sinuosas que juegan con la luz y la sombra, murales repletos de detalles y filigranas.
Gaudí era un científico de la arquitectura, por eso su actitud y sus métodos de trabajo eran innovadores, rigurosos, metódicos y atrevidos. Crear algo nuevo y desconocido que nadie hubiera hecho antes, no era impedimento para que acometiera un nuevo desafio, fue el inventor de nuevas formas constructivas. Tenía que inventar desde los métodos y procesos hasta los utensilios. Su obrador era un laboratorio, donde creaban todo tipo de innovaciones e inventos.
Sus maquetas tridimensionales en yeso, barro, tela metálica o cartón mojado y moldeado, lo acompañaron desde un principio, permitiendo que sus propuestas, concebidas como volumétricas, no perdieran fuerza y definición en las dos dimensiones que obliga el papel. Pocas veces realizó planos detallados de sus obras, prefería recrearlos sobre maquetas, moldeando todos los detalles según los iba ideando mentalmente. Cuidaba todas las soluciones técnicas y estéticas hasta el último detalle en cada obra, integrando todos los oficios y las artes.
Amante de la naturaleza, esta fue una de sus principales fuentes de inspiración, árboles, plantas, cuerpos…mezclaba todos sus elementos gracias a una arquitectura imaginativa, compleja y única.
Consideraba que la originalidad reside en una vuelta al origen.
“Yo no soy un creador, sino un copista de las formas creadas por el Gran Arquitecto del Mundo” (Antoni Gaudí).
Definitivamente hablar de Gaudí es hablar de imaginación y fantasía.

Park Guell in Barcelona, Spain.