Las creaciones de Arturo Álvarez son «pura fantasía», nos introducen en el mundo de los sueños y dejan que nuestra imaginación vuele. El binomio luz-arte es perfecto en toda su colección.
Supone una vuelta a la sensibilidad y a la belleza de las cosas sencillas y naturales. Un trabajo artesanal, manos expertas que moldean con esmero materiales con posibilidades infinitas.
La naturaleza es su fuente de inspiración y cada trabajo un homenaje a la esencia de las cosas. En sus colecciones puedes sentir y ver la lluvia, un cielo lleno de nubes, flores en el aire, hojas mecidas por el viento, telas de araña, copos de nieve…el límite es tu imaginación.
Descubrimos parte de su colección en la Feria de Milán y el flechazo fue instantáneo, después de recorrer pasillos y pasillos por un recinto repleto de cosas repetidas una y mil veces, apareció aquel montaje impresionante. Nos quedamos paralizados contemplando algo tan exquisito, de una belleza difícil de describir. Sorpresa y emoción a partes iguales.
Estaba claro que Arturo Álvarez encajaba con nuestra filosofía de trabajo y tenía que formar parte de nuestros proyectos.
En un rincón escondido de la maravillosa Galicia, en pleno bosque Atlántico encontramos un lugar entrañable donde el tiempo parece no avanzar. Un taller artesanal donde las protagonistas son las manos que sabiamente dan forma a cada pieza. Un entorno apacible, silencioso, rodeado de paz y belleza, en definitiva un santuario para la creación. Si en aquella visita aparecen un grupo de hadas y pequeños duendecillos no nos habría sorprendido.
Cada pieza de Arturo Álvarez es una pequeña obra de arte. Si alguien tuviera que iluminar las nubes, sin duda el sería el mejor candidato.